...de momento

miércoles, 8 de diciembre de 2010

mis once años IX

Mi madre volvió casa de la abuela varias veces aquel verano. Habían hecho las paces, pero era un secreto, y yo no lo sabía. Un día mi padre llamó por teléfono a casa de la vecina -¿ha ido tu madre por allí?-. La abuela se enfadó mucho cuando se lo conté y con razón. Aquella misma tarde papá vino a por nosotras. Nos llevó a casa, con mis hermanos y con Marisa. Me prohibió volver a ver a la abuela.
La única habitación libre de la casa era la leonera. Cuando llegamos la habían "arreglado" para nosotras: apartaron casi todas las cajas y pusieron un somier desmontable de 80cm y un colchón de espuma, para las dos. Sin armario, sin otro mueble. Los cristales estaban sucios de no limpiarse en muchos meses. No había visillos. Nuestras cosas, las que pudimos llevar, cabían en una bolsa del super.



Cuando empezó el nuevo curso todo había cambiado: había perdido una madre, conocido una hermana, recuperado dos hermanos, me habían quitado una abuela, dado una madrastra.
Mi vida entera, desde el desayuno hasta la cena, no iba a ser igual. Pero eso ya es otra historia.

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